Desde el principio que hay en el mundo una separación entre Dios y los hombres, tenemos la necesidad de Dios en nuestras vidas a causa de nuestro pecado.
Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Al único camino al que nos conduce el pecado es a la muerte Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Así que sin Dios en nuestras vidas estamos perdidos, no podremos salvarnos a nosotros mismos, ni haciendo buenas obras, ni yendo a la iglesia, ni nada. Solo Jesucristo puede acercar a Dios.
Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
El sacrificio de Jesús
El amor del Señor es tan grande que nos lo demostró entregando a su hijo Jesucristo en sacrificio.
Juan 3:16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Romanos 5:8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Jesucristo murió y resucito por cada uno de nosotros. Por medio de la fe en Cristo que somos justificados a los ojos de Dios y la sangre de Cristo es lo que nos une a El.
1 Corintios 15:20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho
Juan 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
¿Qué debemos hacer?
Debemos creen en Jesucristo y entregarle nuestra vida para que sea no solo el Salvador de nuestra alma, sino también nuestro Señor, no seremos condenados, sino que tendremos vida eterna y seremos genuinos hijos de Dios.
Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Juan 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 5:24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Entrégale tu vida a Cristo
Tienes que poner tu fe en Cristo, puedes hablar con el a través de la oración y decirle que estas conciente que ere sun pecador, que crees que El murió tomando nuestro lugar para perdonar nuestros pecados, que resucitó y que vive hoy. Dile que te arrepientes por haber pecado contra El y que quieres que sea tu Salvador. Si oras de corazón ¡Dale Gracias a Dios, por haberte hecho pasar de la muerte a la vida eterna según su promesa!
Gálatas 2:20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
1Juan 5:11-13 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
¿Y si no lo hago?
Pero también hay un castigo para el que decide no creer y rechazarlo.
Juan 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Juan 5:29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Comienza una nueva vida
Con nuestra nueva vida en Cristo, nuestras acciones ante el mundo son diferentes porque dejamos de pecar deliberadamente y perseveramos en la doctrina de cristo.
2Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2Juan 1:9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.